Śrīla Prabhupāda Līlambṛta - — Śrīla Prabhupāda Līlambṛta
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Los Angeles, January 6, 1968

Los Angeles, 6 de enero de 1968

THE BUILDING at 5364 West Pico Boulevard was a small storefront in a middle-class black neighborhood of Los Angeles. With his key, Aniruddha opened the rear door, and Śrīla Prabhupāda entered, followed by a few disciples.

EL EDIFICIO en el número 5364 de la Avenida West Pico era una pequeña tienda en un barrio negro de clase media de Los Ángeles. Con su llave, Aniruddha abrió la puerta trasera y entró Śrīla Prabhupāda, seguido de unos pocos discípulos.

The room was stark. A Brijabasi print of Lord Kṛṣṇa sat atop the altar, which was no more than two orange crates covered with an old madras. A tamboura and a mṛdaṅga on end stood in one corner, and a curtain hung over the front window. Prabhupāda’s seat, a simple raised platform, was the only furniture.

La habitación era austera. Un grabado brijabasi del Señor Kṛṣṇa estaba sobre el altar, que no era más que dos cajas de naranjas cubiertas con un viejo madrás. En un rincón había una tamboura, una mṛdaṅga, y una cortina colgaba sobre la ventana delantera. El asiento de Prabhupāda, una simple plataforma elevada, era el único mueble.

Prabhupāda, dressed in saffron robes and walking with a cane, crossed the room, opened the front door, and stepped outside. Glancing up and down the street, he saw small, run-down houses. It was a quiet, out-of-the-way neighborhood, unlike the more vital locations his disciples had found in San Francisco’s Haight-Ashbury and Manhattan’s Lower East Side. But it was a place in Los Angeles, a start.

Prabhupāda, vestido con túnicas color azafrán y caminando con un bastón, cruzó la habitación, abrió la puerta principal y salió. Mirando a uno y otro lado de la calle, vio casas pequeñas y destartaladas. Era un barrio tranquilo y apartado, a diferencia de los lugares más vitales que sus discípulos encontraron en Haight-Ashbury de San Francisco y el Lado Este Bajo de Manhattan. Pero era un lugar en Los Ángeles, un inicio.

Prabhupāda stepped back inside and shut the door. Aniruddha, Dayānanda, his wife Nandarāṇī, and their three-week-old daughter Candramukhī were there – the members of the Los Angeles temple. Several other devotees who had driven down a few days earlier from San Francisco were also there and stood anxiously around Prabhupāda, waiting to hear what he would say.

Prabhupāda volvió a entrar y cerró la puerta. Aniruddha, Dayānanda, su esposa Nandarāṇī y su hija de tres semanas Candramukhī estaban allí, los miembros del templo de Los Ángeles. Varios otros devotos que condujeron unos días antes desde San Francisco también estaban allí, se pararon ansiosamente alrededor de Prabhupāda, esperando escuchar lo que diría.

Prabhupāda looked around carefully. All right, he said, let us have kīrtana. And picking up the mṛdaṅga, he sat down on the small platform while his disciples sat down before him on the floor.

Prabhupāda miró a su alrededor cuidadosamente. Muy bien, dijo, tengamos kīrtana y tomando la mṛdaṅga, se sentó en la pequeña plataforma mientras sus discípulos se sentaban ante él en el suelo.

No sooner had he begun to play, however, when Jānakī rushed over to him, carrying the tamboura. Svāmīji, she said, you can’t play the drum! You’re not well enough! Play this. Her reprimand was motherly. Prabhupāda was seventy-two and only six months ago had been hospitalized after a heart attack and stroke. He had only recently returned from India, where he had gone to recuperate. Naturally his disciples were concerned about his health.

Sin embargo, apenas comenzando a tocar, cuando Jānakī corrió hacia él, llevando la tambora. Svāmīji, dijo ella, ¡no puedes tocar el tambor! ¡No estás lo suficientemente bien! Toca esto. Su reprimenda fue maternal. Prabhupāda tenía setenta y dos años y solo hacía seis meses que fue hospitalizado después de un ataque al corazón y un derrame cerebral. Hacía poco que había regresado de la India, a donde fue a recuperarse. Naturalmente, sus discípulos estaban preocupados por su salud.

All right. Prabhupāda smiled, trading instruments with Jānakī. Then I will play tamboura.

Está bien. Prabhupāda sonrió, intercambiando instrumentos con Jānakī. Entonces tocaré la tambora.

As Śrīla Prabhupāda softly plucked the metal strings, his disciples clapped the one-two-three rhythm. Prabhupāda chanted: Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare / Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. With his traditional Bengali melody he led the singing, joining with his disciples on the chorus.

Mientras Śrīla Prabhupāda tocaba suavemente las cuerdas de metal, sus discípulos tocaban el ritmo de uno-dos-tres. Prabhupāda cantó: Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa, Kṛṣṇa Kṛṣṇa, Hare Hare / Hare Rāma, Hare Rāma, Rāma Rāma, Hare Hare. Con su melodía tradicional bengalí dirigió el canto, uniéndose a sus discípulos en el coro.

As Prabhupāda’s disciples sat earnestly chanting before him – some of them looking up to him, others singing with eyes closed – he looked at each disciple. Nervous, timid Aniruddha was there; he blushed easily, and his bespectacled eyes squinted when he smiled. Tall, lean Dayānanda was there; he had a good job as a computer technician for RCA, and he was giving two hundred dollars monthly to support the temple he and his wife had started.

Mientras los discípulos de Prabhupāda se sentaban cantando fervientemente ante él, algunos de ellos mirándolo, otros cantando con los ojos cerrados, él miró a cada discípulo. Aniruddha, nervioso y tímido, estaba allí; se sonrojaba con facilidad y sus ojos con gafas se entrecerraban cuando sonreía. Dayananda, alto y delgado, estaba allí; tenía un buen trabajo como técnico en computación para RCA, daba doscientos dólares mensuales para mantener el templo que él y su esposa iniciaron.

Śrīla Prabhupāda had been in India when Dayānanda and Nandarāṇī had moved to Los Angeles and found this little storefront. Immediately, they had written to him about the new “temple” and the warm, sunny Los Angeles climate, which they said would be good for his health. He had expressed his eagerness to join them.

Śrīla Prabhupāda estaba en India cuando Dayānanda y Nandarāṇī se mudaron a Los Ángeles y encontraron esta pequeña tienda. Inmediatamente, le escribieron sobre el nuevo “templo” y el clima cálido y soleado de Los Ángeles, que dijeron que sería bueno para su salud. Expresó su entusiasmo por unirse a ellos.

“I am pleased that our desire is fulfilled by the Grace of Lord Kṛṣṇa. Your specific duty is to chant and hear the transcendental Name of the Lord, read some passages from my English version of the Srimad-Bhagavatam and Srimad Bhagavad-gita (Gitopanisad) and explain them as far as possible as you have heard from me. Any devotee who has developed genuine love for Kṛṣṇa can also explain the truth about Kṛṣṇa because Kṛṣṇa helps such sincere devotee seated in his heart.”

«Me complace que nuestro deseo se cumpla por la Gracia del Señor Kṛṣṇa. Tu deber específico es cantar y escuchar el Nombre trascendental del Señor, leer algunos pasajes de mi versión en inglés del Srimad-Bhagavatam y del Srimad Bhagavad-gita (Gitopanisad) y explicarlos en la medida de lo posible según lo que hayas escuchado de mí. Cualquier devoto que desarrolle amor genuino por Kṛṣṇa también puede explicar la verdad acerca de Kṛṣṇa porque Kṛṣṇa ayuda a tal devoto sincero sentado en su corazón».

Dayānanda and Nandarāṇī had written to Prabhupāda that people in Los Angeles weren’t as receptive as in San Francisco and New York, but Prabhupāda had assured them that if they chanted with devotion, success would come. Kṛṣṇa would help them.

Dayānanda y Nandarāṇī le escrbieron a Prabhupāda que la gente en Los Ángeles no era tan receptiva como en San Francisco y Nueva York, pero Prabhupāda les aseguró que si cantaban con devoción, el éxito vendría. Kṛṣṇa los ayudaría.

In his room at the Rādhā-Dāmodara temple in Vṛndāvana, Prabhupāda had meditated on sending young men and women like Dayānanda and Nandarāṇī all over the world to open Kṛṣṇa conscious centers. Despite old age and ill health, this was his life’s ambition, his single dominating desire. And in whatever time he had left, he wanted to establish the Kṛṣṇa consciousness movement worldwide. His success in America over the past two years had given him hope. Mukunda had begun a temple in San Francisco, Kīrtanānanda had begun one in Montreal, Satsvarūpa in Boston, Subala in Santa Fe, and Brahmānanda had stayed in New York. These temples were storefronts only, and the leaders young, inexperienced men. But the Western youth were showing interest. There was great potential.

En su habitación en el templo de Rādhā-Dāmodara en Vṛndāvana, Prabhupāda meditó en enviar hombres y mujeres jóvenes como Dayānanda y Nandarāṇī por todo el mundo para abrir centros de la Conciencia de Kṛṣṇa. A pesar de la vejez y su mala salud, esta fue la ambición de su vida, su único deseo dominante. En el tiempo que le quedara, quería establecer el Movimiento de la Conciencia de Kṛṣṇa en todo el mundo. Su éxito en Estados Unidos durante los últimos dos años le dio esperanza. Mukunda comenzó un templo en San Francisco, Kīrtanānanda comenzó uno en Montreal, Satsvarūpa en Boston, Subala en Santa Fe y Brahmānanda se quedó en Nueva York. Estos templos eran solo pequeños locales y sus líderes eran hombres jóvenes e inexpertos. Pero la juventud occidental estaba mostrando interés. Había un gran potencial.

After the kīrtana, Dayānanda drove Prabhupāda to his apartment two miles (3 Km) away. It was small – a front room, a kitchenette, a back room with a tiny bathroom – and noisy. Aniruddha had arranged for Gaurasundara and his wife, Govinda dāsī, who were acting as Prabhupāda’s servant and secretary, to stay in the front room.


Después del kīrtana, Dayānanda llevó a Prabhupāda a su departamento a tres kilómetros de distancia. Era pequeño (una habitación delantera, una pequeña cocina, una habitación trasera con un baño diminuto) y ruidosa. Aniruddha hizo arreglos para que Gaurasundara y su esposa, Govinda dāsī, quienes actuaban como sirvientes y secretarios de Prabhupāda, se quedaran en la sala de estar.


Prabhupāda said his health was still not good. His sleep was often disturbed, and he spoke of a “gong-gong-gong” sound in his head. He had occasional headaches and a ringing in his left ear. An Ayurvedic doctor in India had told him to take cinnamon buds, and he had seen a doctor in San Francisco. But the doctors’ prescriptions had not helped.

Prabhupāda dijo que su salud aún no era buena. Su sueño a menudo era perturbado y hablaba de un sonido de. “gong-gong-gong.” en su cabeza. Tenía dolores de cabeza ocasionales y un zumbido en el oído izquierdo. Un médico ayurvédico de la India le dijo que tomara capullos de canela y vio a un médico en San Francisco. Pero las recetas de los médicos no lo ayudaron.

“I may inform you in that connection that I am at the present moment physically unfit; I am having always a buzzing sound in my brain. I cannot sleep at night, but still I am working because I try to be on my position of spiritual platform.”

«Puedo informarte en ese sentido que en este momento estoy físicamente incapacitado; Siempre tengo un zumbido en mi cerebro. No puedo dormir por la noche, pero sigo trabajando porque trato de estar en mi posición de plataforma espiritual».

Prabhupāda was in good spirits, however, despite his age and lingering sickness. He appeared strong, and six months in India had tanned him a golden, healthy hue. He always sat straight and smiled often. He walked with a cane, yet upright, with a quick step, tiring his young disciples who attempted to keep up with him. He even mentioned that if his inability to sleep continued, he would have more time for writing his books.

Sin embargo, Prabhupāda estaba de buen humor, a pesar de su edad y su enfermedad persistente. Parecía fuerte y seis meses en la India lo broncearon con un tono dorado y saludable. Siempre se sentaba derecho y sonreía a menudo. Caminaba con bastón, pero erguido, con paso rápido, cansando a sus jóvenes discípulos que intentaban seguirle el paso. Incluso mencionó que si su incapacidad para dormir continuaba, tendría más tiempo para escribir sus libros.

Gone was the mindlessness of his young followers who had previously thought that Svāmīji, because he was a pure devotee, should be let to do any strenuous activities he liked, working all night or singing and playing the mṛdaṅga for hours in the park. Now the devotees had become concerned and protective, trying always to arrange for his ease, suggesting when they thought something was too strenuous for him. Usually, however, Prabhupāda would give the last word on what he would or would not do. When Yamunā and Jānakī arrived from San Francisco, they decided that if Svāmīji were to get well he would require a special diet. So they devised a regimen featuring small servings of boiled vegetables without salt, spices, or ghī. At first Prabhupāda gently submitted to their requests. But on trying their meals, he commented, These vegetables are nasty. They are not fit for eating. After three days, when Govinda dāsī told him of some new reductions in his diet, he roared, Let the starvation committee go to hell! You feed me.

Atrás quedó la estupidez de sus jóvenes seguidores que anteriormente pensaban que a Svāmīji, debido a que era un devoto puro, se le debería permitir realizar cualquier actividad extenuante que le gustara, trabajando toda la noche o cantando y tocando el mṛdaṅga durante horas en el parque. Ahora los devotos se habían vuelto preocupados y protectores, tratando siempre de hacer arreglos para su comodidad, sugiriendo cuando pensaban que algo era demasiado extenuante para él. Sin embargo, por lo general, Prabhupāda daba la última palabra sobre lo que haría o dejaría de hacer. Cuando Yamunā y Jānakī llegaron de San Francisco, decidieron que si Svāmīji se recuperaba, necesitaría una dieta especial. Así que idearon un régimen con pequeñas porciones de verduras hervidas sin sal, especias ni mantequilla. Al principio, Prabhupāda gentilmente se sometió a sus solicitudes. Pero al probar sus comidas, comentó: Estas verduras son desagradables. No son aptas para comer. Después de tres días, cuando Govinda dāsī le habló de algunas nuevas reducciones en su dieta, rugió: ¡Dejen que el comité de hambre se vaya al infierno! Tú me alimentarás.

Again Prabhupāda began taking his regular lunch – dāl, rice, capātīs, and a couple of sabjīs with ghī. One day when Govinda dāsī brought him his lunch, he commented, Oh, this is very nice. When I was in India everyone told me, ‘Oh, Svāmīji, you cannot go to America. You will starve there. They have no food. They eat only meats and potatoes.’ So I said, ‘What is that? I shall live on bread and potatoes. There is no problem. I can survive on bread and potatoes.’ So I was thinking like that when I came to your country – that I shall live on bread and potatoes. But now I have come here, and Kṛṣṇa is so kind. He has not only given me everything in the way of nice food, but you are also cooking all sorts of nice vegetable preparations – capātīs, dāl, rice. Everything is there. So this is Kṛṣṇa’s kindness.

Nuevamente, Prabhupāda comenzó a tomar su almuerzo habitual: dāl, arroz, capātīs y un par de sabjīs con ghī. Un día, cuando Govinda dāsī le trajo su almuerzo, comentó: Oh, esto es muy bueno. Cuando estaba en India, todos me decían: 'Oh, Svāmīji, no puedes ir a Estados Unidos. Allí te morirás de hambre. No tienen comida. Solo comen carnes y patatas’. Así que dije: ‘¿Qué es eso? Viviré de pan y papas. No hay ningún problema. Puedo sobrevivir con pan y papas. Así que estaba pensando así cuando llegué a su país: viviré con pan y papas. Pero ahora he venido aquí, Kṛṣṇa es muy amable. Él no solo me ha dado todo en cuanto a buena comida, sino que también estás cocinando todo tipo de deliciosas preparaciones vegetales: capātīs, dāl, arroz. Todo está ahí. Así que esta es la bondad de Kṛṣṇa.

Although when Prabhupāda had first arrived in America he had been alone and had had difficulty finding even a single sincere person, now he was surrounded by sincere students eager to learn from him. Still, he accepted this new position in the same spirit as he had accepted the lonely months in New York City. He was doing his beloved duty to his spiritual master: writing books, seeking to engage others in the Kṛṣṇa consciousness mission, and speaking about Kṛṣṇa always.

Aunque cuando Prabhupāda llegó por primera vez a Estados Unidos estuvo solo y tuvo dificultades para encontrar incluso a una sola persona sincera, ahora estaba rodeado de estudiantes sinceros deseosos de aprender de él. Aun así, aceptó este nuevo puesto con el mismo espíritu con el que aceptó los meses de soledad en la ciudad de Nueva York. Estaba cumpliendo con su amado deber hacia su maestro espiritual: escribir libros, tratar de involucrar a otros en la misión de la Conciencia de Kṛṣṇa y hablar siempre de Kṛṣṇa.

Sometimes, as Prabhupāda would shuffle through the apartment in his slippers, he would see Gaurasundara and Govinda dāsī seated at the kitchen table practicing their first lessons in the Bengali alphabet. He had given them a Bengali verse from Caitanya-caritāmṛta to memorize, and regularly he would drill them to see if they knew it.

A veces, mientras Prabhupāda arrastraba los pies por el apartamento en pantuflas, veía a Gaurasundara y Govinda dāsī sentados en la mesa de la cocina practicando sus primeras lecciones en el alfabeto bengalí. Les dio un verso bengalí del Caitanya-caritāmṛta para que lo memorizaran y regularmente los instruía para ver si lo sabían.

“vande śrī-kṛṣṇa-caitanya-
nityānandau sahoditau
gauḍodaye puṣpavantau
citrau śaṁ-dau tamo-nudau

I offer my respectful obeisances unto Śrī Kṛṣṇa Caitanya and Lord Nityānanda, who are like the sun and the moon. They have arisen simultaneously on the horizon of Gauḍa to dissipate the darkness of ignorance and thus wonderfully bestow benediction upon all.”

«vande śrī-kṛṣṇa-caitanya-
nityānandau sahoditau
gauḍodaye puṣpavantau
citrau śaṁ-dau tamo-nudau

Ofrezco mis respetuosas reverencias a Śrī Kṛṣṇa Caitanya y al Señor Nityānanda, que son como el sol y la luna. Han surgido simultáneamente en el horizonte de Gauḍa para disipar la oscuridad de la ignorancia y así bendecir maravillosamente a todos».

Looking over their shoulders, Prabhupāda remarked, This is very nice. Just like a child is learning to write. His writing may not be perfect. It may be crooked or imperfect. But the teacher wants to see that the students are trying. It doesn’t matter how well they are doing, but just that they are fully engaged. So it is just like our service to Kṛṣṇa. What can we do for Kṛṣṇa? Kṛṣṇa is everything. He doesn’t need our service. But He wants to see that we are trying – we are trying a little bit to give Him service. That is the whole idea.


Mirando por encima de sus hombros, Prabhupāda comentó: Esto es muy bueno. Al igual que un niño está aprendiendo a escribir. Su escritura puede no ser perfecta. Puede ser torcido o imperfecto. Pero el maestro quiere ver que los estudiantes lo están intentando. No importa lo bien que lo estén haciendo, sino que estén completamente comprometidos. Así que es como nuestro servicio a Kṛṣṇa. ¿Qué podemos hacer por Kṛṣṇa? Kṛṣṇa lo es todo. Él no necesita nuestro servicio. Pero Él quiere ver que estamos tratando, estamos tratando un poco de darle servicio. Esa es la idea completa.


It was only four days after Prabhupāda’s arrival. He had just risen from an afternoon’s rest, walked into the front room... and there was Subala. Prabhupāda was surprised. Subala was supposed to be in Santa Fe.

Fue solo cuatro días después de la llegada de Prabhupāda. Acababa de levantarse del descanso de la tarde, entró en la sala de estar... y allí estaba Subala. Prabhupāda estaba sorprendido. Se suponía que Subala estaría en Santa Fe.

“My wife has left me,” Subala burst out. And a sad tale followed. Subala told how he had left his wife, Kṛṣṇā-devī dāsī, alone at the Santa Fe temple for a few days and gone to New York to visit his parents. Meanwhile, Kṛṣṇā-devī had run away with a boy who had been visiting the temple; and she had decided to stay with him and give up her husband.

Mi esposa me ha dejado, estalló Subala. Siguió una triste historia. Subala contó cómo dejó a su esposa, Kṛṣṇā-devī dāsī, sola en el templo de Santa Fe durante unos días y se había ido a Nueva York a visitar a sus padres. Mientras tanto, Kṛṣṇā-devī se escapó con un muchacho que estuvo visitando el templo; ella decidió quedarse con él y dejar a su marido.

Don’t worry, Prabhupāda told Subala, everything will be all right. I will write a letter to Kṛṣṇā-devī and tell her to come back to you. You can go back to Santa Fe tomorrow, and everything will be all right.

No te preocupes, dijo Prabhupāda a Subala, todo estará bien. Le escribiré una carta a Kṛṣṇā-devī y le diré que vuelva contigo. Puedes volver a Santa Fe mañana y todo irá bien.

Subala left the next morning for Santa Fe, and Prabhupāda, although calm in Subala’s presence, began to show deep disturbance over the sordid affair. Kṛṣṇā-devī was his disciple, and he had performed the sacred marriage ceremony for her and Subala. He had asked them to be an ideal couple, cooperating together in Kṛṣṇa consciousness. Together they had gone to start the center in New Mexico. Don’t be discouraged, he told them. “Even though no one may come to hear you, still you chant and hear.” But now Kṛṣṇā-devī had simply left the temple and her husband.

Subala partió a la mañana siguiente hacia Santa Fe, Prabhupāda, aunque tranquilo en presencia de Subala, comenzó a mostrar una profunda inquietud por el sórdido asunto. Kṛṣṇā-devī era su discípula y realizó la sagrada ceremonia de matrimonio para ella y Subala. Él les pidió que fueran una pareja ideal, cooperando juntos en la Conciencia de Kṛṣṇa. Juntos fueron a iniciar el centro en Nuevo México. No se desanimen, les dijo. Aunque nadie pueda venir a escucharlos, todavía canta y escucha. Pero ahora Kṛṣṇā-devī simplemente dejó el templo y a su esposo.

When Subala arrived in Santa Fe, he found that Kṛṣṇā-devī and her boyfriend, Randy, had left town. Meanwhile, in Los Angeles Prabhupāda received a letter from Kṛṣṇā-devī. She said she wanted to stay in Kṛṣṇa consciousness – but with her new boyfriend. This is all nonsense, Prabhupāda exclaimed. I will simply go back to Vṛndāvana and sit and chant Hare Kṛṣṇa. Why should I do this? Why should I deal with this quarrel between husband and wife? This is not the business of a sannyāsī.

Cuando Subala llegó a Santa Fe, descubrió que Kṛṣṇā-devī y su novio, Randy, se habían ido de la ciudad. Mientras tanto, en Los Ángeles, Prabhupāda recibió una carta de Kṛṣṇā-devī. Ella dijo que quería permanecer en la Conciencia de Kṛṣṇa, pero con su nuevo novio. Todo esto es una tontería, exclamó Prabhupāda. Simplemente regresaré a Vṛndāvana y me sentaré y cantaré Hare Kṛṣṇa. ¿Por qué debería hacer esto? ¿Por qué debo ocuparme de esta disputa entre marido y mujer? Esto no es asunto de un sannyāsī.

Prabhupāda wrote a letter to Kṛṣṇā-devī in care of the Santa Fe temple.

“Your recent activities have been very much upsetting to each and every member of our society. I never expected that you shall act in this way. If you love me at all and Kṛṣṇa at all, you should immediately return back, either to me or to your husband without delay. In your letter it is understood that you are repenting. You have done a great mistake. Come back and everything will be all right.”

Prabhupāda escribió una carta a Kṛṣṇā-devī a cargo del templo de Santa Fe.

«Tus actividades recientes han perturbado mucho a todos y cada uno de los miembros de nuestra sociedad. Nunca esperé que actuaras de esta manera. Si me amas a mí ya Kṛṣṇa, debes regresar inmediatamente, ya sea a mí o con tu esposo sin demora. En tu carta se entiende que te has arrepentido. Has cometido un gran error. Vuelve y todo estará bien».

To Subala, Prabhupāda wrote,

“I am very sorry to learn about your present plight; you must be feeling a great shock for the separation, but there is a great lesson also. Anyway, if you are feeling too heavy-hearted, you may come here and live with me for some time. I hope I shall be able to ease your heaviness.”

Prabhupada le escribió a Subala,

«Lamento mucho enterarme de tu situación actual; debes estar sintiendo una gran conmoción por la separación, pero también hay una gran lección. De todos modos, si te sientes demasiado apesadumbrado, puedes venir aquí y vivir conmigo por un tiempo. Espero poder aliviar su pesadez».

But before Prabhupāda’s letter arrived, Subala had already left Santa Fe for Los Angeles, thinking, I can’t take this anymore. I’m going back to Svāmīji.

Pero antes de que llegara la carta de Prabhupāda, Subala ya había partido de Santa Fe a Los Ángeles, pensando: No puedo soportar esto más. Voy a volver con Svāmīji.

Sitting on his porch taking his noontime massage, Prabhupāda suddenly saw Subala, looking more miserable than ever, coming up the sidewalk. Subala, Prabhupāda called out, remaining seated. Subala approached and offered obeisances before Śrīla Prabhupāda, who sat in the California sunshine and dressed only in an Indian gamchā, while Gaurasundara massaged him with mustard oil. You did not get my letter? Prabhupāda asked.

Sentado en su pórtico tomando su masaje del mediodía, Prabhupāda de repente vio a Subala, luciendo más miserable que nunca, subiendo por la acera. Subala, llamó Prabhupāda, permaneciendo sentado. Subala se acercó y ofreció reverencias ante Śrīla Prabhupāda, quien se sentó bajo el sol de California y se vistió únicamente con un gamchā indio, mientras Gaurasundara lo masajeaba con aceite de mostaza. ¿No recibiste mi carta? preguntó Prabhupada.

No, Subala replied.

Yes. Prabhupāda nodded. You have got my letter. I have written you and told you that if you are feeling too heavy-hearted, you may come here and live with me for some time.

No, respondió Subala.

Sí. Prabhupāda asintió. Tienes mi carta. Te escribí y te dije que si te sientes muy apesadumbrado, puedes venir aquí y vivir conmigo por algún tiempo.

Subala: So I moved into the crowded front room of Svāmīji’s apartment. I slept in the living room, right outside of Svāmīji’s room, and there was only a curtain separating us. At night I could hear him dictating Śrīmad-Bhāgavatam.

Subala: Así que me mudé a la sala llena de gente del apartamento de Svāmīji. Dormí en la sala de estar, justo afuera de la habitación de Svāmīji, solo nos separaba una cortina. Por la noche podía escucharlo dictar el Śrīmad-Bhāgavatam.

He asked me to carve some Rādhā-Kṛṣṇa Deities for him. I had already carved some Jagannātha deities, and now Svāmīji said he wanted Rādhā-Kṛṣṇa Deities carved. So I bought a block of mahagony and began carving Rādhā-Kṛṣṇa.


Me pidió que tallara unas Deidades de Rādhā-Kṛṣṇa para él. Ya había tallado algunas deidades de Jagannātha, ahora Svāmīji dijo que quería las deidades de Rādhā-Kṛṣṇa talladas. Así que compré un bloque de caoba y comencé a tallar a Rādhā-Kṛṣṇa.


Prabhupāda received word from Rāya Rāma in New York that his editing of the Bhagavad-gītā manuscript was “nearing completion.” When Prabhupāda read Rāya Rāma’s letter, he exploded: Nearing completion! I heard this before I started for India. Rāya Rāma’s slow editing was delaying the manuscript too much. Although the contract with Macmillan Company had already been signed, the manuscript had still not been submitted. Seeing Rāya Rāma’s editing as a perpetual delay, Prabhupāda decided Rāya Rāma should immediately stop all other duties and come to Los Angeles.

Prabhupāda recibió noticias de Rāya Rāma en Nueva York de que su edición del manuscrito del Bhagavad-gītā estaba “casi terminada”. Cuando Prabhupāda leyó la carta de Rāya Rāma, explotó: ¡Casi terminada! Escuché esto antes de partir hacia la India. La edición lenta de Rāya Rāma estaba retrasando demasiado el manuscrito. Aunque ya se había firmado el contrato con la Compañía Macmillan, el manuscrito aún no se había presentado. Al ver la edición de Rāya Rāma como un retraso perpetuo, Prabhupāda decidió que Rāya Rāma debería dejar de inmediato todos los demás deberes e ir a Los Ángeles.

After a few days, Rāya Rāma arrived. He, too, settled into the crowded front room of Svāmīji’s tiny apartment, picking a corner for himself where he could work on the Bhagavad-gītā manuscript. After having spoken in the temple in Svāmīji’s presence one night, Rāya Rāma wrote home to the devotees in New York,

Después de unos días, llegó Rāya Rāma. Él también se instaló en la atestada sala del diminuto apartamento de Svāmīji y eligió un rincón para sí mismo donde pudiera trabajar en el manuscrito del Bhagavad-gītā. Después de hablar en el templo en presencia de Svāmīji una noche, Rāya Rāma escribió a los devotos de Nueva York:

“Although his health is delicate, he is not to be held back. After all that activity last night, he continued talking to us when we returned, and then got up at two-thirty a.m. this morning and worked for three hours. He just returned now from a two-and-a-half-mile (4 km) morning walk. So he’s not exactly weak or failing. And if we say anything to check him, he tells that this life has no value if it is not used for Kṛṣṇa. Last week Gargamuni was telling Svāmīji that he sometimes dreams of how to sell things, and Svāmīji said that he also dreams of preaching. But he told us last night that when he’s speaking of Kṛṣṇa there is no pain.”




«Aunque su salud es delicada, no debe ser retenido. Después de toda esa actividad de anoche, siguió hablando con nosotros cuando regresamos, luego se levantó a las dos y media de la mañana y trabajó durante tres horas. Acababa de regresar de una caminata matutina de cuatro kilómetros. Así que no es exactamente débil o enfermo. Si decimos algo para detenerlo, él dice que esta vida no tiene valor si no se usa para Kṛṣṇa. La semana pasada, Gargamuni le dijo a Svāmīji que a veces sueña con vender cosas y Svāmīji dijo que también sueña con predicar. Pero nos dijo anoche que cuando habla de Kṛṣṇa no hay dolor».




One day on a walk, Prabhupāda discovered a special place across the street from his apartment. There on a neighbor’s front lawn stood a broad, tall tree. Taking a few disciples with him, Prabhupāda went over and sat down beneath the tree. On a warm Los Angeles afternoon, this was a great but simple luxury, sitting in the pleasant sunny atmosphere beneath the shade tree. Rāya Rāma considered the occasion something to write to the devotees in New York about.

Un día, mientras caminaba, Prabhupāda descubrió un lugar especial al otro lado de la calle de su apartamento. Allí, en el jardín delantero de un vecino, había un árbol ancho y alto. Llevando a algunos discípulos con él, Prabhupāda fue y se sentó debajo del árbol. En una cálida tarde de Los Ángeles, este fue un gran pero simple lujo, sentarse en la agradable atmósfera soleada debajo de la sombra del árbol. Rāya Rāma consideró la ocasión como algo sobre lo que escribir a los devotos de Nueva York.

“This afternoon I took a stroll to the temple, which is some distance away, and when I returned I found Svāmīji crossing the street from his house, accompanied by Gaurasundara. So I trailed them – up close – Svāmīji took his seat under a big oak tree which grows close by our house across the street. “Meditation under a tree is very nice,” he said after a few minutes. As we sat there, other devotees came and joined us, all sitting around Svāmīji on some unknown person’s lawn, under their tree. “Therefore, in former times, sages used to seat themselves under trees and teach.”

...I know that I am a worthless fool. Here I sit at Svāmīji’s feet, and my tears aren’t flowing or my heart breaking with joy. But even for a fool, Svāmīji’s presence is intoxicating in the extreme.

Svāmīji said that saintly persons in India often sat under trees and even lived there with no other shelter. The six Gosvāmīs, who wrote books under the order of Lord Caitanya, lived this way in Vṛndāvana, staying each night under a different tree and compiling sublime Sanskrit literatures. Hearing Svāmīji speak on such transcendental subjects in this setting fit perfectly the devotees’ ideal notions of the guru beneath an ancient towering banyan tree in India. It didn’t seem to them that they were sitting in an ordinary neighborhood of Los Angeles. Often Aniruddha would return to the apartment after shopping or errands, and he would see from afar “this gorgeous-looking, saffron-robed person sitting there on the grassy lawn.”

«Esta tarde di un paseo hasta el templo, que está a cierta distancia, cuando regresé encontré a Svāmīji cruzando la calle desde su casa, acompañado por Gaurasundara. Así que los seguí, de cerca, Svāmīji se sentó debajo de un gran roble que crece cerca de nuestra casa al otro lado de la calle. “La meditación debajo de un árbol es muy agradable”, dijo después de unos minutos. Mientras estábamos sentados allí, otros devotos vinieron y se unieron a nosotros, todos sentados alrededor de Svāmīji en el césped de una persona desconocida, debajo de su árbol. “Por lo tanto, en tiempos antiguos, los sabios solían sentarse bajo los árboles y enseñar”.

...Sé que soy un tonto sin valor. Aquí estoy sentado a los pies de Svāmīji y mis lágrimas no fluyen ni mi corazón se rompe de alegría. Pero incluso para un tonto, la presencia de Svāmīji es intoxicante en extremo.

Svāmīji dijo que las personas santas en la India a menudo se sentaban debajo de los árboles e incluso vivían allí sin otro refugio. Los seis Gosvāmīs, que escribieron libros bajo la orden del Señor Caitanya, vivieron de esta manera en Vṛndāvana, permaneciendo cada noche bajo un árbol diferente y recopilando sublimes literaturas sánscritas. Escuchar a Svāmīji hablar sobre temas tan trascendentales en este escenario encaja perfectamente con las nociones ideales de los devotos sobre el guru debajo de un antiguo árbol baniano imponente en la India. No parecía que estuvieran sentados en un barrio común de Los Ángeles. A menudo, Aniruddha volvía al apartamento después de hacer compras o hacer recados, y veía desde lejos “a esta persona hermosa, vestida con una túnica color azafrán, sentada allí en el césped cubierto de hierba”».

One day as Subala, Govinda dāsī, Rāya Rāma, and others sat with Prabhupāda in the shade, Prabhupāda observed a pair of white butterflies. Just see these worms, he said, pointing to the butterflies. Here also there is husband and wife. The whole world is in this bondage.

Un día, mientras Subala, Govinda dāsī, Rāya Rāma y otros estaban sentados con Prabhupāda a la sombra, Prabhupāda observó un par de mariposas blancas. Tan solo mira a estos gusanos, dijo, señalando las mariposas. Aquí también hay marido y su mujer. El mundo entero está en esta esclavitud.

Knowing Subala was still lamenting, Prabhupāda continued to speak about the topic on both their minds. It is not so wonderful that Kṛṣṇā-devī has left, he said. What is wonderful is that we are able to stay and serve Kṛṣṇa. The māyā is so strong. It is Kṛṣṇa’s divine energy. And for someone to actually stay engaged in Kṛṣṇa’s service is very rare. The living entity is practically helpless under the sway of māyā’s power and can only cry out to Kṛṣṇa for help. But we have to pray at every moment that the power of māyā does not disturb us.

Sabiendo que Subala todavía se estaba lamentando, Prabhupāda continuó hablando sobre el tema en la mente de ambos. No es tan maravilloso que Kṛṣṇā-devī se haya ido, dijo. Lo maravilloso es que nosotros podemos quedarnos y servir a Kṛṣṇa. Māyā es tan fuerte. Es la energía divina de Kṛṣṇa. Es muy raro que alguien permanezca realmente ocupado en el servicio de Kṛṣṇa. La entidad viviente está prácticamente indefensa bajo la influencia del poder de māyā y solo puede clamar a Kṛṣṇa por ayuda. Tenemos que orar en todo momento para que el poder de māyā no nos perturbe.

Subala continued to live with Prabhupāda, cooking for him, tending to his personal needs, and carving Deities of Rādhā and Kṛṣṇa. Prabhupāda wrote Kṛṣṇā-devī again.

Subala continuó viviendo con Prabhupāda, cocinando para él, atendiendo sus necesidades personales y esculpiendo Deidades de Rādhā y Kṛṣṇa. Prabhupāda volvió a escribirle a Kṛṣṇā-devī.

“Your husband Sriman Subal das is living with me very peacefully, and he is carving Radha and Kṛṣṇa from hardwood. So this life of material existence is just like hardwood, and if we can carve Kṛṣṇa out of it, that is the success of our life. So, at any circumstance, you must not forget Kṛṣṇa. I love you at my heart and therefore I gave you the name Kṛṣṇa devi dasi. Don’t forget Kṛṣṇa even for a single moment; chant Hare Kṛṣṇa loudly or slowly as it may be convenient. But don’t forget to chant the holy name. I hope everything will be all right as soon as you come here with Randy, and I am awaiting your arrival with great interest.”

«Tu esposo, Sriman Subal das, vive conmigo muy pacíficamente y está tallando a Radha y Kṛṣṇa en madera dura. Así que esta vida de existencia material es como madera dura, si podemos tallar a Kṛṣṇa en ella, ese es el éxito de nuestra vida. Entonces, en cualquier circunstancia, no debes olvidar a Kṛṣṇa. Te amo en mi corazón y por eso te di el nombre Kṛṣṇa devi dasi. No olvides a Kṛṣṇa ni por un solo momento; cante Hare Kṛṣṇa en voz alta o lentamente, según sea conveniente. Pero no te olvides de cantar el santo nombre. Espero que todo esté bien tan pronto como vengas aquí con Randy, espero tu llegada con gran interés».

One day after a walk, Prabhupāda told Aniruddha that Los Angeles reminded him of Bombay and that he wanted to build a very big temple in Los Angeles. Although Aniruddha was not one to endeavor hard for building a big temple, Prabhupāda still told him his vision. Another day Prabhupāda called Aniruddha in and showed him the Deity of Rādhā and Kṛṣṇa that Gaurasundara and Subala had carved. Prabhupāda’s eyes were shining. I want to have Rādhā-Kṛṣṇa Deities in everyone’s home, he said. Aniruddha was amazed by the joyful expression on Prabhupāda’s face.

Un día después de una caminata, Prabhupāda le dijo a Aniruddha que Los Ángeles le recordaba a Bombay y que quería construir un templo muy grande en Los Ángeles. Aunque Aniruddha no era de los que se esfuerzan mucho por construir un gran templo, Prabhupāda aún le contó su visión. Otro día, Prabhupāda llamó a Aniruddha y le mostró la Deidad de Rādhā y Kṛṣṇa que Gaurasundara y Subala tallaron. Los ojos de Prabhupāda brillaban. Quiero tener Deidades de Rādhā-Kṛṣṇa en la casa de todos, dijo. Aniruddha estaba asombrado por la expresión alegre en el rostro de Prabhupāda.

What can I do? Aniruddha asked.

I want you to go to different foundries and find out the cost of casting Deities.

¿Qué puedo hacer? preguntó Aniruddha.

Quiero que vayas a diferentes fundiciones y averigües el costo de fundir Deidades.

Aniruddha and Subala then phoned and visited various foundries in the Los Angeles area, returning with information. But their investigations were unbusinesslike and not well thought out. Knowing this, Prabhupāda smiled and asked, So, what intelligent news do you have for me today? Aniruddha knew Prabhupāda was criticizing him, but he could only giggle in return. He loved it.

Entonces Aniruddha y Subala llamaron y visitaron varias fundiciones en el área de Los Ángeles, regresando con información. Pero sus investigaciones fueron poco prácticas y no bien pensadas. Sabiendo esto, Prabhupāda sonrió y preguntó: Entonces, ¿qué noticias inteligentes tienes para mí hoy? Aniruddha sabía que Prabhupāda lo estaba criticando, pero él solo pudo reírse a cambio. Le encantó.

One morning Aniruddha went to see Prabhupāda with what he considered a frightening story. Before dawn he had been out in the park collecting eucalyptus twigs for Prabhupāda to use as toothbrushes. He had been standing on a park bench cutting the branch of a tree with his knife when a police car had suddenly pulled up and a policeman had rushed out of the car. What are you doing? the policeman demanded. Aniruddha explained that he was getting toothbrushes for his spiritual master. The policeman had said, Don’t you know that these trees belong to the city? They belong to the people of California. He had said that Aniruddha could be arrested for carrying an open knife. When he had asked Aniruddha what was in the bag around his neck, Aniruddha had shown him his beads. The policeman had then asked if Aniruddha had come from a mental institution.

Una mañana, Aniruddha fue a ver a Prabhupāda con lo que consideró una historia aterradora. Antes del amanecer estuvo en el parque recogiendo ramitas de eucalipto para que Prabhupāda las usara como cepillos de dientes. Estaba parado en un banco del parque cortando la rama de un árbol con su cuchillo cuando un coche de policía se detuvo de repente, un policía salió corriendo del coche. ¿Qué estás haciendo? exigió el policía. Aniruddha explicó que estaba comprando cepillos de dientes para su maestro espiritual. El policía dijo: ¿No sabes que estos árboles pertenecen a la ciudad? Pertenecen al pueblo de California. Dijo que Aniruddha podría ser arrestado por llevar un cuchillo abierto. Cuando le preguntó a Aniruddha qué había en la bolsa alrededor de su cuello, Aniruddha le mostró sus cuentas. El policía preguntó entonces si Aniruddha venía de una institución mental.

Prabhupāda smiled to hear the story and inquired, Did you ask him if he was crazy?


Prabhupāda sonrió al escuchar la historia y preguntó: ¿Le preguntaste si estaba loco?


Govinda dāsī had been complaining to Aniruddha that Svāmīji’s apartment was too noisy and crowded and that there were no private bathroom facilities for Svāmīji. She kept insisting Aniruddha find a better place. Aniruddha, however, was getting only two hundred dollars a month from Dayānanda, and with Prabhupāda plus so many visitors, there was a financial strain. Svāmīji is very uncomfortable, Govinda dāsī nagged. But Aniruddha didn’t know what to do.

Govinda dāsī se estuvo quejando con Aniruddha de que el departamento de Svāmīji era demasiado ruidoso y lleno de gente y que no había baños privados para Svāmīji. Siguió insistiendo en que Aniruddha encontrara un lugar mejor. Aniruddha, sin embargo, recibía solo doscientos dólares al mes de Dayānanda y con Prabhupāda y tantos visitantes, había una tensión financiera. Svāmīji está muy incómodo, reclamó Govinda dāsī. Pero Aniruddha no sabía qué hacer.

When Aniruddha asked Prabhupāda if the place was all right, he said it was. Aniruddha explained that more devotees were eager to visit from San Francisco and would probably want to stay in the apartment. Personally, Prabhupāda said, I have no suggestion myself. It is up to them, whatever they decide.

Cuando Aniruddha le preguntó a Prabhupāda si el lugar estaba bien, él dijo que sí. Aniruddha explicó que más devotos estaban ansiosos por visitar desde San Francisco y probablemente querrían quedarse en el apartamento. Personalmente, dijo Prabhupāda, yo mismo no tengo ninguna sugerencia. Depende de ellos, decidan lo que decidan.

Prabhupāda had his translating to do, but he also wanted to see his disciples. For Aniruddha, however, the prospect of more devotees coming to visit was a cause of anxiety. Finally, he and Dayānanda found a larger apartment for Svāmīji.

Prabhupāda tenía que traducir, pero también quería ver a sus discípulos. Para Aniruddha, sin embargo, la perspectiva de que más devotos vinieran a visitarlo era motivo de ansiedad. Finalmente, él y Dayānanda encontraron un departamento más grande para Svāmīji.

The new apartment was four rooms over a private garage in the rear of an apartment complex. Aniruddha painted, and some of the other devotees helped prepare the apartment as comfortably as possible for Prabhupāda. Then they moved him in.

El nuevo apartamento tenía cuatro habitaciones sobre un garaje privado en la parte trasera de un complejo de apartamentos. Aniruddha lo pintó, algunos de los otros devotos ayudaron a preparar el apartamento lo más cómodamente posible para Prabhupāda. Luego lo mudaron.

The landlord, a small Japanese man, came by and, seeing Prabhupāda seated on the floor behind his trunk, asked, Where’s your furniture? He seemed suspicious.

Prabhupāda smiled, thanked him, and said it was all right.

We can sit down anywhere, Prabhupāda explained. We are mendicant. But after leaving, the landlord kept standing outside on the landing, peeking through the window. Tell him to go away, Prabhupāda said to Aniruddha.

El propietario, un pequeño hombre japonés, pasó, al ver a Prabhupāda sentado en el suelo detrás de su baúl, preguntó: ¿Dónde están tus muebles? Parecía sospechoso.

Prabhupāda sonrió, le agradeció y dijo que estaba bien.

Podemos sentarnos en cualquier lugar, explicó Prabhupāda. Somos mendicantes. Pero después de irse, el propietario se quedó parado afuera en el rellano, mirando por la ventana. Dígale que se vaya, dijo Prabhupāda a Aniruddha.

At the temple during the evening program, Śrīla Prabhupāda would sometimes ask one of his disciples to speak after the kīrtana.

En el templo, durante el programa vespertino, Śrīla Prabhupāda a veces le pedía a uno de sus discípulos que hablara después del kīrtana.

Dayānanda: One night as I was driving Svāmīji to the temple, he asked me to speak. I immediately thought I would rather not. Although in Svāmīji’s absence his other disciples had given talks, I had never given even an informal talk. So I told Svāmīji I preferred to hear him speak, but he said he preferred to hear me. So it was settled.

Dayānanda: Una noche, mientras conducía a Svāmīji al templo, me pidió que hablara. Inmediatamente pensé que preferiría no hacerlo. Aunque en ausencia de Svāmīji sus otros discípulos daban charlas, yo nunca había dado ni siquiera una charla informal. Entonces le dije a Svāmīji que prefería escucharlo hablar, pero él dijo que prefería escucharme a mí. Así que se resolvió.

At the temple we had kīrtana as usual, and then I began to speak. I was speaking on the validity of God, trying to prove that God’s existence was logical and scientifically reasonable. Such a talk should have been given with reference to the Vedic literature, but my fund of knowledge was not embellished by verses from the scripture, nor was it even adequately based on basic Kṛṣṇa conscious philosophy. I was aware that my talk wasn’t adequate, a fact that Prabhupāda himself brought home in the sweetest possible way.

En el templo tuvimos kīrtana como de costumbre, luego comencé a hablar. Estaba hablando sobre la validez de Dios, tratando de probar que la existencia de Dios era lógica y científicamente razonable. Tal charla debería haber sido dada con referencia a la literatura védica, pero mi fondo de conocimiento no estaba adornado con versos de las escrituras, ni siquiera estaba adecuadamente basado en la filosofía básica de la Conciencia de Kṛṣṇa. Estaba consciente de que mi charla no era adecuada, un hecho que el mismo Prabhupāda me hizo entender de la manera más dulce posible..

When at one point I made a mistake and said the wrong thing altogether, Prabhupāda matter-of-factly interrupted, explaining the point I had misstated. He then motioned me to go on. I continued without any loss of face. I was being corrected in public, but without the embarrassment that a chastisement might cause. Svāmīji’s correction was always based on love and sincerity – in relation to the goal rather than to the ego.


Cuando en un momento cometí un error y dije algo completamente incorrecto, Prabhupāda me interrumpió con total naturalidad, explicando el punto que expresé mal. Luego me indicó que continuara. Continué sin ninguna pérdida de compostura. Me estaban corrigiendo en público, pero sin la vergüenza que puede causar un castigo. La corrección de Svāmīji siempre se basó en el amor y la sinceridad, en relación con la meta más que con el ego..


On the appearance day of Śrīla Prabhupāda’s spiritual master, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī, Prabhupāda gathered some of his disciples – Aniruddha, Govinda dāsī, Gaurasundara, Nandarāṇī, and a boy named Saṅkarṣaṇa – for a special celebration. In the kitchen of his apartment, Prabhupāda cooked a feast for his spiritual master. Nandarāṇī brought flowers, and Prabhupāda led the devotees in a ceremony of offering flowers and chanting prayers in honor of Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī.

El día de la aparición del maestro espiritual de Śrīla Prabhupāda, Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī, Prabhupāda reunió a algunos de sus discípulos: Aniruddha, Govinda dāsī, Gaurasundara, Nandarāṇī y un niño llamado Saṅkarṣaṇa, para una celebración especial. En la cocina de su departamento, Prabhupāda cocinó un festín para su maestro espiritual. Nandarāṇī trajo flores y Prabhupāda condujo a los devotos en una ceremonia de ofrecimiento de flores y canto de oraciones en honor de Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī.

Nandarāṇī: I had my daughter, Candramukhī, with me then. She was about two months old and was sitting very quietly in a little basket in a corner of the room. After the ceremony, Svāmīji gathered a handful of flowers, walked over to the basket where Candramukhī was lying, and placed the flowers around her head. He smiled and said, “One day I will take you to India with me.”

Nandarāṇī: Tenía a mi hija, Candramukhī, conmigo entonces. Tenía unos dos meses y estaba sentada muy tranquila en una pequeña cesta en un rincón de la habitación. Después de la ceremonia, Svāmīji recogió un puñado de flores, caminó hacia la canasta donde yacía Candramukhī y colocó las flores alrededor de su cabeza. Él sonrió y dijo: “Un día te llevaré a la India conmigo”.

After the feast the devotees followed Prabhupāda into his room. He sat at his desk and read letters aloud to the small gathering of his disciples seated on the floor before him. The letters were of appreciation. And these letters became Śrīla Prabhupāda’s offering to his spiritual master. Prabhupāda read aloud statements like, We really like chanting,We’re happy since we met you, We’re trying to teach other people how to chant Hare Kṛṣṇa – simple sentiments.

Después de la fiesta, los devotos siguieron a Prabhupāda a su habitación. Se sentó en su escritorio y leyó cartas en voz alta a la pequeña reunión de sus discípulos sentados en el suelo frente a él. Las cartas eran de agradecimiento. Estas cartas se convirtieron en la ofrenda de Śrīla Prabhupāda a su maestro espiritual. Prabhupāda leyó en voz alta afirmaciones como: Realmente nos gusta cantar, Estamos felices desde que te conocimos, Estamos tratando de enseñar a otras personas cómo cantar Hare Kṛṣṇa, sentimientos sencillos.

Reading the letters, Prabhupāda became very happy. He then put the letters along with the flowers before the picture of Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī. Then looking at Nandarāṇī, he asked, Have you become happy since you have been chanting Hare Kṛṣṇa?

Al leer las cartas, Prabhupāda se puso muy feliz. Luego colocó las cartas junto con las flores delante de la imagen de Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī. Mirando a Nandarāṇī, preguntó: ¿Te has vuelto feliz desde que has estado cantando Hare Kṛṣṇa?.

Oh, yes, Nandarāṇī replied, my life is wonderful.

Oh, sí, respondió Nandarāṇī, mi vida es maravillosa.

Looking at the others, Prabhupāda asked, And what about you? Do you feel more satisfied since you have been chanting Hare Kṛṣṇa? They all answered yes.

Mirando a los demás, Prabhupāda preguntó: ¿Y qué hay de ti? ¿Te sientes más satisfecho desde que has estado cantando Hare Kṛṣṇa? Todos respondieron que sí.

Then I have only one request, Prabhupāda continued. Whatever happiness you have felt, you simply tell someone else about that. That is all you have to do. You don’t need to teach anything. You don’t need to teach the philosophy. You just explain to people that because you chant Hare Kṛṣṇa you have become happy, and if they chant, they will become happy. Then I will be satisfied, and my spiritual master will be satisfied.


Entonces solo tengo una petición, continuó Prabhupāda. Cualquiera que sea la felicidad que hayas sentido, simplemente díselo a alguien más. Eso es todo lo que tienes que hacer. No necesitas enseñar nada. No necesitas enseñar la filosofía. Simplemente explícale a la gente que debido a que cantas Hare Kṛṣṇa te has vuelto feliz y que si ellos cantan, se volverán felices. Entonces estaré satisfecho y mi maestro espiritual estará satisfecho.


As Śrīla Prabhupāda entered the storefront one evening, he was surprised to find Umāpati there to greet him. Umāpati had left Kṛṣṇa consciousness almost a year ago, and Prabhupāda had not seen him since. Spontaneously, Prabhupāda went forward and embraced Umāpati. A few months before, Umāpati had written, indicating that he was thinking of returning; so his arrival was not a complete surprise to Śrīla Prabhupāda. As Prabhupāda took his seat, he asked Umāpati about the devotees in New York. Briefly Prabhupāda reminisced how he had begun his movement in New York and how boys like Umāpati had helped him.

Cuando Śrīla Prabhupāda entró en la tienda una noche, se sorprendió al encontrar allí a Umāpati para saludarlo. Umāpati había dejado la Conciencia de Kṛṣṇa hae casi un año y Prabhupāda no lo había visto desde entonces. Espontáneamente, Prabhupāda se adelantó y abrazó a Umāpati. Unos meses antes, Umāpati escribió, indicando que estaba pensando en regresar; así que su llegada no fue una completa sorpresa para Śrīla Prabhupāda. Cuando Prabhupāda tomó asiento, le preguntó a Umāpati sobre los devotos en Nueva York. Prabhupāda recordó brevemente cómo comenzó su movimiento en Nueva York y cómo lo ayudaron muchachos como Umāpati.

Later that evening, back at the apartment, Prabhupāda expressed sadness that some of his disciples had left Kṛṣṇa consciousness. He told Umāpati that when the wife of one of the sannyāsī disciples of Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī had forcibly dragged her husband away, Bhaktisiddhānta Sarasvatī had shed tears over his inability to save the disciple. A disciple, due to māyā’s influence, may fall away, Prabhupāda said, but the spiritual master will never forsake him.

Más tarde esa noche, de vuelta en el departamento, Prabhupāda expresó tristeza porque algunos de sus discípulos dejaron la Conciencia de Kṛṣṇa. Le dijo a Umāpati que cuando la esposa de uno de los sannyāsī discípulos de Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī se llevó a la fuerza a su esposo, Bhaktisiddhānta Sarasvatī derramó lágrimas por su incapacidad para salvar al discípulo. Un discípulo, debido a la influencia de māyā, puede caer, dijo Prabhupāda, pero el maestro espiritual nunca lo abandonará.

Umāpati had left Kṛṣṇa consciousness because of intellectual doubts. Having been an eclectic follower of Buddhism, he had objected to Prabhupāda’s explanations of Buddhism. On leaving Kṛṣṇa consciousness, however, he had simply returned to his old job in a radio station, grown back his beard, and reverted to his old habits. Whenever I saw someone doing something wrong, like eating meat, Umāpati explained to Prabhupāda, I would think, ‘My spiritual master said this is bad.’

Umāpati dejó la Conciencia de Kṛṣṇa debido a dudas intelectuales. Habiendo sido un seguidor ecléctico del budismo, se opuso a las explicaciones del budismo de Prabhupāda. Sin embargo, al dejar el proceso de la Conciencia de Kṛṣṇa, simplemente regresó a su antiguo trabajo en una estación de radio, se dejó crecer la barba y volvió a sus viejos hábitos. Cada vez que veía a alguien haciendo algo malo, como comer carne, explicó Umāpati a Prabhupāda, pensaba: ‘Mi maestro espiritual dijo que esto es malo’.

When you think like that, Prabhupāda said, your life at once becomes sublime.

Cuando piensas así, dijo Prabhupāda, tu vida se vuelve sublime de inmediato.

Several other devotees entered Prabhupāda’s room as Prabhupāda talked. As a person becomes more Kṛṣṇa conscious, Prabhupāda explained, he becomes concerned not to cause suffering to other living beings. He doesn’t want to cause suffering, even to a small insect. Don’t you feel? Prabhupāda asked, imploring them with his eyes to understand the nonviolence of the devotee.

Varios otros devotos entraron en la habitación de Prabhupāda mientras Prabhupāda hablaba. A medida que una persona se vuelve más consciente de Kṛṣṇa, explicó Prabhupāda, se preocupa por no causar sufrimiento a otros seres vivos. No quiere causar sufrimiento, ni siquiera a un pequeño insecto. ¿No lo sientes? preguntó Prabhupāda, implorándoles con sus ojos que comprendieran la no violencia del devoto.

Seeing that Prabhupāda was almost constantly occupied by various disciples, Līlāvatī, one of the girls visiting from San Francisco, decided not to take up her spiritual master’s time unnecessarily. Prabhupāda noticed her frequent absence from the gatherings at his apartment. When she finally visited him, he asked her, Why are you not coming?

Oh, Svāmīji, Līlāvatī said, you must do your translating work. I don’t think you’re getting your work done.

No, you don’t know? Prabhupāda corrected her mistake. Don’t you know my disciples are my work?


Al ver que Prabhupāda estaba casi constantemente ocupado por varios discípulos, Līlāvatī, una de las muchachas que visitaba San Francisco, decidió no ocupar el tiempo de su maestro espiritual innecesariamente. Prabhupāda notó su frecuente ausencia de las reuniones en su departamento. Cuando ella finalmente lo visitó, él le preguntó: ¿Por qué no vienes?.

Oh, Svāmīji, dijo Līlāvatī, debes hacer tu trabajo de traducción. No creo que estés haciendo tu trabajo.

No, ¿no lo sabes? Prabhupāda corrigió su error. ¿No sabes que mis discípulos son mi trabajo?


Prabhupāda said he would go to as many speaking engagements as Aniruddha could obtain. Aniruddha got engagements, but there were many difficulties. On two occasions, Prabhupāda, Subala, and Aniruddha were on their way to an engagement at a college when their car broke down. Another time, a policeman arrested Subala for not having a driver’s license, and Prabhupāda, accompanied by his servant, had to walk back to his apartment. At an engagement at the U.C.L.A. Student Center, not a single student attended; Prabhupāda sat waiting for ten minutes and then turned to Aniruddha: So, what happened? At an outdoor engagement at Long Beach State College, there was no seat for Prabhupāda, and Aniruddha had to run and find an umbrella to shade Prabhupāda from the sun. Aniruddha, this is not very nice, Prabhupāda remarked from the podium.

Prabhupāda dijo que iría a tantos compromisos de hablar como Aniruddha pudiera obtener. Aniruddha consiguió compromisos, pero con muchas dificultades. En dos ocasiones, Prabhupāda, Subala y Aniruddha se dirigían a un compromiso en una universidad cuando su automóvil se descompuso. En otra ocasión, un policía arrestó a Subala por no tener licencia de conducir y Prabhupāda, acompañado por su sirviente, tuvo que caminar de regreso a su apartamento. En un compromiso en el Centro de Estudiantes de UCLA, no asistió ni un solo estudiante; Prabhupāda se sentó a esperar diez minutos, luego se volvió hacia Aniruddha: Entonces, ¿qué pasó? En un compromiso al aire libre en El Colegio Estatal de Long Beach, no había asiento para Prabhupāda, Aniruddha tuvo que correr y encontrar una sombrilla para proteger a Prabhupāda del sol. Aniruddha, esto no es muy agradable, comentó Prabhupāda desde el podio.

But there were successes also. Mukunda dāsa arranged for Prabhupāda to appear on national television on the Les Crane Show. He also arranged for Prabhupāda to appear on the Joe Pyne Show, as well as on several radio programs. And Life magazine featured Prabhupāda’s picture and an accompanying story as part of an article, “The Year of the Guru.”

Pero también hubo éxitos. Mukunda dāsa arregló que Prabhupāda apareciera en la televisión nacional en el Programa de Les Crane. También hizo arreglos para que Prabhupāda apareciera en el Programa de Joe Pyne, así como en varios programas de radio. La revista Life presentó la foto de Prabhupāda y la historia que la acompañó como parte de un artículo, “El año del Gurú”.

Although Aniruddha was prepared to arrange preaching engagements for Prabhupāda for as long as he would stay, the devotees in San Francisco, New York, Montreal, and Boston had repeatedly asked Prabhupāda to visit them. He had gone to India in July 1967, returning to San Francisco December 14. He had stayed in San Francisco three weeks and in Los Angeles two months. So while his disciples in San Francisco and Los Angeles had seen him, the others had been waiting for more than eight months. It was time to move on.

Aunque Aniruddha estaba preparado para organizar compromisos de prédica para Prabhupāda durante el tiempo que se quedara, los devotos en San Francisco, Nueva York, Montreal y Boston le pidieron repetidamente a Prabhupāda que los visitara. Fue a la India en julio de 1967 y regresó a San Francisco el 14 de diciembre. Se quedó en San Francisco tres semanas y en Los Ángeles dos meses. Entonces, mientras sus discípulos en San Francisco y Los Ángeles lo vieron, los demás estuvieron esperando durante más de ocho meses. Era hora de seguir adelante.

On March 7, the day Prabhupāda left Los Angeles, he thanked Aniruddha for his service in maintaining the center.

Despite my ill health, he said, I was very comfortably situated. Kṛṣṇa will bless you.

Actually, what did I do? Aniruddha replied. Everything was a mistake. All the engagements were messed up.

No, Prabhupāda said, that’s all right. You tried your best.

El 7 de marzo, el día que Prabhupāda partió de Los Ángeles, agradeció a Aniruddha por su servicio en el mantenimiento del centro.

A pesar de mi mala salud, dijo, estaba muy cómodamente situado. Kṛṣṇa te bendecirá.

En realidad, ¿qué hice? Aniruddha respondió. Todo fueron errores. Todos los compromisos se arruinaron.

No, dijo Prabhupāda, está bien. Hiciste tu mejor esfuerzo.

As Prabhupāda was leaving for the airport, he had to walk from his apartment to the car. It was raining, and he had no umbrella or raincoat. Govinda dāsī frantically ran into the bathroom, tore down the shower curtain, and wrapped it around her spiritual master to protect him from the rain.

Cuando Prabhupāda se dirigía al aeropuerto, tuvo que caminar desde su apartamento hasta el automóvil. Estaba lloviendo y no tenía paraguas ni impermeable. Govinda dāsī corrió frenéticamente al baño, rasgó la cortina de la ducha y envolvió a su maestro espiritual con ella para protegerlo de la lluvia.

Prabhupāda had unlimited plans for expansion – a big city like Los Angeles deserved a big temple, organized distribution of books on Kṛṣṇa consciousness, and sophisticated cultural programs. And there should be Deities of Rādhā and Kṛṣṇa in every home. Yet while enthusiastically planning to make everyone and everything Kṛṣṇa conscious, Prabhupāda waited patiently to see if a stray disciple like Kṛṣṇā-devī would return. Prabhupāda was ready to appear on television or meet boldly with any challenger or travel anywhere in the world, and yet he allowed Govinda dāsī to cover him with a shower curtain against the rain.

Prabhupāda tenía planes ilimitados para la expansión: una gran ciudad como Los Ángeles merecía un gran templo, distribución organizada de libros sobre la Conciencia de Kṛṣṇa y programas culturales sofisticados. Además debe haber Deidades de Rādhā y Kṛṣṇa en cada hogar. Sin embargo, mientras planeaba con entusiasmo hacer que todos y todas las cosas fueran em Conciencia de Kṛṣṇa, Prabhupāda esperó pacientemente para ver si un discípulo descarriado como Kṛṣṇā-devī regresaba. Prabhupāda estaba listo para aparecer en televisión o enfrentarse audazmente a cualquier retador o viajar a cualquier parte del mundo, sin embargo, permitió que Govinda dāsī lo cubriera con una cortina de baño para protegerlo de la lluvia.

The Los Angeles temple would become a great Kṛṣṇa conscious success only with hard work and sincerity. And that, Prabhupāda knew, would take time. His disciples were not yet so well trained as to make formidable advances for Kṛṣṇa against the forces of māyā. Yet by his staying for two months in Los Angeles, he was strengthening his disciples’ Kṛṣṇa consciousness. And they would continue to progress. ISKCON L.A. was now a little stronger. A few devotees were going to stay and help. He would come back when they had done more.


El templo de Los Ángeles se convertiría en un gran éxito de la Conciencia de Kṛṣṇa solo con trabajo duro y sinceridad. Eso, Prabhupāda lo sabía, llevaría tiempo. Sus discípulos aún no estaban tan bien entrenados como para hacer avances formidables por Kṛṣṇa contra las fuerzas de māyā. Sin embargo, al permanecer dos meses en Los Ángeles, estuvo fortaleciendo la Conciencia de Kṛṣṇa de sus discípulos y estos seguirían progresando. ISKCON Los Ángeles ahora era un poco más fuerte. Algunos devotos llegaban para quedarse y ayudar. Regresaría cuando hubieran hecho más.


San Francisco, March 8, 1968

San Francisco, 8 de marzo de 1968

Śrīla Prabhupāda flew from Los Angeles to San Francisco. After the slower pace of the Los Angeles center, the activities in San Francisco encouraged Prabhupāda.

Śrīla Prabhupāda voló de Los Ángeles a San Francisco. Después del ritmo más lento del centro de Los Ángeles, las actividades en San Francisco alentaron a Prabhupāda.

I think San Francisco center has been very much sanctified by unalloyed devotional service of the members here. As soon as there are sincere devotees, immediately the situation changes favorably.

Creo que el centro de San Francisco ha sido muy santificado por el servicio devocional puro de los miembros de aquí. Tan pronto como hay devotos sinceros, inmediatamente la situación cambia favorablemente.

The morning and evening meetings drew crowds of interested young people, and Śrīla Prabhupāda observed: Dancing in ecstasy is often exhibited to the transcendental pleasure of everyone present.

Las reuniones matutinas y vespertinas atrajeron multitudes de jóvenes interesados, Śrīla Prabhupāda observó: A menudo se exhibe el baile en éxtasis para el placer trascendental de todos los presentes.

Prabhupāda was witnessing the success of the saṅkīrtana movement. He had planted the seed, and now the plant of kṛṣṇa-bhakti was flowering. To revisit a center and see that his disciples, by sincerely following his orders, were advancing in Kṛṣṇa consciousness increased Prabhupāda’s bliss and satisfaction. He was witnessing the power of kīrtana to transform the fallen souls. And to see his smile of approval increased the ecstasy of the devotees.

Prabhupāda estaba presenciando el éxito del movimiento de saṅkīrtana. Él plantó la semilla, ahora la planta del kṛṣṇa-bhakti estaba floreciendo. Volver a visitar un centro y ver que sus discípulos, siguiendo sinceramente sus órdenes, estaban avanzando en la Conciencia de Kṛṣṇa aumentó la dicha y la satisfacción de Prabhupāda. Estaba presenciando el poder del kīrtana para transformar las almas caídas. Y ver su sonrisa de aprobación aumentaba el éxtasis de los devotos.

Gurudāsa showed Prabhupāda slides of the Kṛṣṇa Deity Prabhupāda had named Kartā Mahāśaya. One picture showed Kartā Mahāśaya shortly after the devotees had obtained Him from an import store and placed Him in the temple. Other slides showed Kartā Mahāśaya after the devotees had been regularly worshiping Him and offering Him food. As Prabhupāda viewed the slides, he began to chuckle. I think the Deity has changed.

Gurudāsa le mostró a Prabhupāda diapositivas de la Deidad de Kṛṣṇa que Prabhupāda llamó Kartā Mahāśaya. Una imagen mostraba a Kartā Mahāśaya poco después de que los devotos lo obtuvieron de una tienda de importación y lo colocaran en el templo. Otras diapositivas mostraban a Kartā Mahāśaya después de que los devotos lo adoraron regularmente y le ofrecieron comida. Cuando Prabhupāda vio las diapositivas, comenzó a reírse. Creo que la Deidad ha cambiado.

Gurudāsa reviewed the slides. Sure enough, Kartā Mahāśaya had become bluer and plumper. Has He been painted or anything? Umāpati asked. Gurudāsa said they hadn’t done anything to Him.

You have been taking care of Him, Prabhupāda affirmed.

Gurudāsa revisó las diapositivas. Efectivamente, Kartā Mahāśaya se puso más azul y regordete. ¿Ha sido pintado o algo así? preguntó Umapati. Gurudasa dijo que no le habían hecho nada.

Has estado cuidando de Él, afirmó Prabhupāda.

Bhakti-yoga was a scientific law; as one approached Kṛṣṇa, He reciprocated. Wherever Prabhupāda’s disciples were following the process carefully, he saw the improvement. Kṛṣṇa consciousness, he said, was a treatment of the diseased soul by medicine and diet. The medicine was chanting Hare Kṛṣṇa, and the diet was prasādam. If one followed this program, he would be rejuvenated; if one neglected it, he would relapse. Śrīla Prabhupāda found both health and illness.

El Bhakti-yoga es una ley científica; cuando uno se acerca a Kṛṣṇa, Él corresponde. Dondequiera que los discípulos de Prabhupāda estan siguiendo el proceso cuidadosamente, él vio la mejora. Dijo que la Conciencia de Kṛṣṇa es un tratamiento del alma enferma mediante la medicina y la dieta. La medicina es cantar Hare Kṛṣṇa y la dieta es el prasādam. Si uno sigue este programa, se rejuvenecerá; si uno lo descuida, recae. Śrīla Prabhupāda encontró tanto la salud como la enfermedad.

Upendra, Prabhupāda’s personal servant in San Francisco, came before Prabhupāda crying. He said he couldn’t overcome his sex urge. He had engaged in illicit sex. When he asked if Kṛṣṇa forgives offenses, Prabhupāda consoled him: Yes, Kṛṣṇa forgives. Upendra asked if he could overcome his lust by getting married. No, you are too young, Prabhupāda said. You should stay away from rich food. Eat starvishly. He told Upendra to take unspiced dāl and capātīs without butter.

Upendra, el sirviente personal de Prabhupāda en San Francisco, llegó llorando ante Prabhupāda. Dijo que no podía superar su impulso sexual. Tuvo relaciones sexuales ilícitas. Cuando preguntó si Kṛṣṇa perdona las ofensas, Prabhupāda lo consoló: Sí, Kṛṣṇa perdona. Upendra preguntó si podía superar su lujuria casándose. No, eres demasiado joven, dijo Prabhupāda. Debes mantenerte alejado de la comida rica. Come con hambre. Le dijo a Upendra que tomara dāl sin especias y capātīs sin mantequilla.

After a few weeks in San Francisco, Śrīla Prabhupāda flew to New York, where the devotees greeted him with a grand airport reception. A city newspaper ran an article “Guru Returns.” The New York center at 26 Second Avenue had improved, and there were new faces and enthusiastic kīrtanas.

Después de unas pocas semanas en San Francisco, Śrīla Prabhupāda voló a Nueva York, donde los devotos lo recibieron con una gran recepción en el aeropuerto. Un periódico de la ciudad publicó un artículo “El regreso del guru”. En el centro de Nueva York en el 26 de la Sefgunda Avenida, también y hubo caras nuevas y kīrtanas entusiastas.

Here are many new flowerlike young boys and girls, and they are all so much interested in Kṛṣṇa consciousness very seriously. I am surprised at their great enthusiasm, and I am very happy amongst them.

Aquí hay muchos jóvenes nuevos como flores, todos ellos están muy interesados en la Conciencia de Kṛṣṇa muy seriamente. Me sorprende su gran entusiasmo y me siento muy feliz entre ellos.

Prabhupāda stayed in his old rooms at 26 Second Avenue. Although there had been talk of getting him another residence, everything had been too expensive. Prabhupāda had assured Brahmānanda, “I would like to stay in my apartment. If it is silent and solitary I feel pleasure to live there, better than elsewhere.” Although Śrīla Prabhupāda’s plans were to stay in New York less than two weeks, he talked of staying longer – if his disciples could arrange for him to work steadily at his translating and would help him publish his books one after another. Prabhupāda had written Brahmānanda,

Prabhupāda se quedó en sus antiguas habitaciones en el 26 de la Segunda Avenida. Aunque se habló de conseguirle otra residencia, todo resultó ser demasiado caro. Prabhupāda le aseguró a Brahmānanda: Me gustaría quedarme en mi departamento. Si es silencioso y solitario siento placer de vivir allí, mejor que en otra parte. Aunque los planes de Śrīla Prabhupāda eran quedarse en Nueva York menos de dos semanas, habló de quedarse más tiempo, si sus discípulos podían hacer arreglos para que él trabajara constantemente en su traducción y lo ayudaran a publicar sus libros uno tras otro. Prabhupāda escribió a Brahmānanda,

“I want to sit down tightly with some assistants and spend the rest of my time translating Srimad-Bhagavatam and other books. And train students to do preaching on the outside. So, from now on, I would like to speak only at very important engagements, and for most engagements, have my students preach. All of you must learn to preach; and for me, my most important preaching work is to finish up the Srimad-Bhagavatam. So please try to make arrangement like this, as it is very important that my books be finished, as soon as possible.”

«Quiero sentarme con algunos asistentes y pasar el resto de mi tiempo traduciendo el Srimad-Bhagavatam y otros libros. También quiero capacitar a los estudiantes para que prediquen en el exterior. Entonces, de ahora en adelante, me gustaría hablar solo en compromisos muy importantes, para la mayoría de los compromisos, mis estudiantes deben predicar. Todos ustedes deben aprender a predicar; para mí, mi trabajo de prédica más importante es terminar el Srimad-Bhagavatam. Por lo tanto, trata de hacer arreglos como este, ya que es muy importante que mis libros estén terminados lo antes posible».

One day, while Prabhupāda was sitting in his room receiving his massage, he began talking and laughing. As he sat on the floor with one leg tucked under his body and one leg outstretched before him, he told the two or three devotees present how Kṛṣṇa, carrying the lunch His mother had packed for Him, would go to the forest with His cowherd boyfriends, who were also carrying lunches from home. Kṛṣṇa and His friends would all sit together sharing their lunch, and Kṛṣṇa always had the best laḍḍus and kacaurīs. Prabhupāda’s eyes flashed, and he rubbed his hands together, smiling. I simply want to go to Kṛṣṇaloka so I can have some of Kṛṣṇa’s laḍḍu and kacaurīs. I do not have any great diversion from this. I simply want to go there so that I can enjoy eating laḍḍus and kacaurīs with Kṛṣṇa and the cowherd boys. Opening his eyes widely, he glanced at Devānanda, who was massaging him, and at the others in the room. Oh, he said to them, if you will give me laḍḍus and kacaurīs, then I will bless you.

Un día, mientras Prabhupāda estaba sentado en su habitación recibiendo su masaje, comenzó a hablar y reír. Mientras se sentaba en el suelo con una pierna metida debajo de su cuerpo y la otra pierna extendida delante de él, le dijo a los dos o tres devotos presentes, cómo Kṛṣṇa, llevando el almuerzo que Su madre le preparó, iba al bosque con Sus amigos pastores, quienes también llevaban almuerzos de casa. Kṛṣṇa y Sus amigos se sentaban juntos para compartir su almuerzo, Kṛṣṇa siempre tenía los mejores laḍḍus y kacaurīs. Los ojos de Prabhupāda brillaron y se frotó las manos, sonriendo. Simplemente quiero ir a Kṛṣṇaloka para poder tomar algunos de los laḍḍu y kacaurīs de Kṛṣṇa. No tengo ninguna gran distracción de esto. Simplemente quiero ir allí para poder disfrutar comiendo laḍḍus y kacaurīs con Kṛṣṇa y los pastorcillos de vacas. Abriendo mucho los ojos, miró a Devānanda, que lo estaba masajeando, y a los demás en la habitación. Oh, les dijo, si me dan laḍḍus y kacaurīs, entonces los bendeciré.

Svāmīji, please teach us how to make laḍḍus and kacaurīs, the devotees replied excitedly. We will definitely make them for you!

Yes, Prabhupāda assured them, I shall show you. I shall teach you. And he went on talking in a jovial way.

Svāmīji, por favor enséñanos cómo hacer laḍḍus y kacaurīs, respondieron los devotos emocionados. ¡Definitivamente los haremos para ti!

, les aseguró Prabhupāda, les mostraré. Yo te enseñaré y siguió hablando de manera jovial.

Newcomers in New York wanted to be initiated. One boy had seen Prabhupāda’s picture in Life magazine, cut it out, and put it in his high school locker. A boy named Jay, after having read about Prabhupāda and the devotees in Evergreen Review, had visited the temple and found that everyone was devoted to Prabhupāda. Some disciples whom Prabhupāda had initiated by mail – like Indirā and Ekāyanī, two sisters still in high school and living at home – were meeting their spiritual master for the first time. Prabhupāda initiated all the eligible newcomers.

Los recién llegados a Nueva York querían ser iniciados. Un muchacho vió la foto de Prabhupāda en la revista Life, la recortó y la puso en su casillero de la escuela secundaria. Un muchacho llamado Jay, después de haber leído sobre Prabhupāda y los devotos en la Revista Evergreen, visitó el templo y descubrió que todos eran devotos de Prabhupāda. Algunos discípulos a quienes Prabhupāda inició por correo, como Indirā y Ekāyanī, dos hermanas que todavía estaban en la escuela secundaria y vivían en casa, se encontraban con su maestro espiritual por primera vez. Prabhupāda inició a todos los recién llegados elegibles.

The day before Prabhupāda left for Boston, he lectured at the New York State University at Stonybrook, a two-hour drive from the temple.

El día antes de que Prabhupāda se fue a Boston, dio una conferencia en la Universidad Estatal de Nueva York en Stonybrook, a dos horas en auto del templo.

Brahmānanda: The engagement was in a huge auditorium with rows of seats. And the house was full. The bleachers were completely packed when we came in. It was dark, just some spotlights on us and everything else was dark. The rows of seats went back and up, and we could hardly see the audience. First we held kīrtana and then Prabhupāda spoke. As Prabhupāda was speaking, we could hear the sound of chairs popping up as the students were getting up and leaving. But Prabhupāda just went right on lecturing, as if he weren’t aware of it. By the time the lecture was over, there were only about two dozen people left.

Brahmānanda: El compromiso fue en un gran auditorio con filas de asientos. La casa estaba llena. Las gradas estaban completamente llenas cuando entramos. Estaba oscuro, solo algunos focos nos iluminaban, todo lo demás estaba oscuro. Las filas de asientos iban hacia atrás y hacia arriba, apenas podíamos ver a la audiencia. Primero tuvimos kīrtana, entonces Prabhupāda habló. Mientras Prabhupāda hablaba, podíamos escuchar el sonido de las sillas levantándose mientras los estudiantes se levantaban y se iban. Pero Prabhupāda simplemente siguió disertando, como si no fuera consciente de ello. Cuando terminó la conferencia, solo quedaban unas dos docenas de personas.

After the program, the devotees discovered that the car Prabhupāda was supposed to ride in had already left. A student stepped forward, however, and offered his Triumph sports car, a tiny two-seater. Prabhupāda didn’t like the car, but it was the only thing available. So Brahmānanda drove Prabhupāda back to Manhattan.

Después del programa, los devotos descubrieron que el automóvil en el que se suponía que Prabhupāda viajaría ya se había ido. Sin embargo, un estudiante dio un paso al frente y ofreció su auto deportivo Triumph, un diminuto biplaza. A Prabhupāda no le gustó el auto, pero era lo único disponible. Entonces Brahmānanda llevó a Prabhupāda de regreso a Manhattan.

Around midnight, Prabhupāda dozed while Brahmānanda speeded, hurrying to get back to the temple as soon as possible. Prabhupāda was dozing peacefully when Brahmānanda hit a large pothole, and Prabhupāda struck his head on the metal bar on the roof of the car.

Alrededor de la medianoche, Prabhupāda se quedó dormido mientras Brahmānanda aceleraba, apresurándose para regresar al templo lo antes posible. Prabhupāda dormitaba pacíficamente cuando Brahmānanda golpeó un gran bache y Prabhupāda se golpeó la cabeza con la barra de metal en el techo del automóvil.

When finally they returned to the Lower East Side it was past midnight, and there would only be a few hours for resting before Prabhupāda would have to catch his 9:00 A.M. flight to Boston. Although Prabhupāda rose that morning on schedule, most of the devotees were still asleep when he left his apartment. At the airport Prabhupāda commented that his disciples, rather than simply praising him, should try to follow his example and rise early.

Cuando finalmente regresaron al Lado Este Bajo, era pasada la medianoche, solo habría unas pocas horas para descansar antes de que Prabhupāda tuviera que tomar su vuelo de las 9:00 AM a Boston. Aunque Prabhupāda se levantó esa mañana a tiempo, la mayoría de los devotos todavía estaban dormidos cuando salió de su apartamento. En el aeropuerto, Prabhupāda comentó que sus discípulos, en lugar de simplemente alabarlo, deberían tratar de seguir su ejemplo y levantarse temprano.

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