Śrīmad-Bhāgavatam — Śrīmad-Bhāgavatam
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aho vidhātas tvam atīva bāliśo
yas tv ātma-sṛṣṭy-apratirūpam īhase
pare nu jīvaty aparasya yā mṛtir
viparyayaś cet tvam asi dhruvaḥ paraḥ

WORD BY WORD — PALABRA POR PALABRA



TRANSLATION — TRADUCCION

Alas, O Providence, O Creator, You are certainly inexperienced in creation, for during the lifetime of a father You have caused the death of his son, thus acting in opposition to Your creative laws. If You are determined to contradict these laws, You are certainly the enemy of living entities and are never merciful.¡Ay!, ¡oh, Providencia!, ¡oh, Creador!, en verdad eres inexperto en la creación, pues has causado la muerte de un hijo en vida de su padre; con ese acto vas en contra de las leyes de Tu propia creación. Si estás decidido a contradecir esas leyes, sin duda eres el enemigo de las entidades vivientes y no tienes la más mínima misericordia.

PURPORT — SIGNIFICADO

This is the way a conditioned soul condemns the supreme creator when he meets reverses. Sometimes he accuses the Supreme Personality of Godhead of being crooked because some people are happy and some are not. Here the Queen blames supreme providence for her son’s death. Following the creative laws, a father should die first and then his son. If the creative laws are changed according to the whims of providence, then providence certainly should not be considered merciful, but must be considered inimical to the created being. Actually it is not the creator, but the conditioned soul who is inexperienced. He does not know how the subtle laws of fruitive activity work, and without knowledge of these laws of nature, he ignorantly criticizes the Supreme Personality of Godhead.Esta es la forma en que el alma condicionada condena al creador supremo cuando le sobreviene la adversidad. A veces acusa a la Suprema Personalidad de Dios de ser injusto, puesto que, mientras unas personas son felices, otras no lo son. En este verso, la reina culpa a la suprema providencia de la muerte de su hijo. Según las leyes de la creación, el padre tiene que morir antes que el hijo. Si la providencia cambiase esas leyes conforme a sus caprichos, ciertamente, por su falta de misericordia, habría que considerarla la enemiga del ser creado. Pero, en realidad, quien está falto de experiencia no es el creador, sino el alma condicionada, que no sabe cómo funcionan las leyes de la actividad fruitiva y que, en su ignorancia, sin conocer las leyes de la naturaleza, critica a la Suprema Personalidad de Dios.
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