| On the battlefield, hundreds of rivers of blood flowed from the limbs of the humans, elephants and horses who had been cut to pieces. In these rivers arms resembled snakes; human heads, turtles; dead elephants, islands; and dead horses, crocodiles. Hands and thighs appeared like fish, human hair like waterweeds, bows like waves, and various weapons like clumps of bushes. The rivers of blood teemed with all of these. Chariot wheels looked like terrifying whirlpools, and precious gems and ornaments resembled stones and gravel in the rushing red rivers, which aroused fear in the timid, joy in the wise. With the blows of His plow weapon the immeasurably powerful Lord Balarāma destroyed Magadhendra’s military force. And though this force was as unfathomable and fearsome as an impassable ocean, for the two sons of Vasudeva, the Lords of the universe, the battle was hardly more than play. | | | En el campo de batalla, cientos de ríos de sangre fluían de las extremidades de los humanos, elefantes y caballos que fueron cortados en pedazos. En estos ríos los brazos parecían serpientes; las cabezas humanas, tortugas; los elefantes muertos, islas; los caballos muertos, cocodrilos; las manos y los muslos parecían peces; el cabello humano como algas; los arcos como olas y varias armas como grupos de arbustos. Los ríos de sangre rebosaban de todo esto. Las ruedas de los carros parecían remolinos aterradores, las gemas y adornos preciosos parecían piedras y grava en los ríos rojos y caudalosos, que despertaban miedo en los tímidos y alegría en los sabios. Con los golpes de Su arado, el inmensurablemente poderoso Señor Balarāma destruyó la fuerza militar de Magadhendra. Aunque esta fuerza era tan insondable y temible como un océano infranqueable, para los dos hijos de Vasudeva, los Señores del universo, la batalla era poco más que un juego. | |