| Śukadeva Gosvāmī met Emperor Parīkṣit and explained the text of Śrīmad-Bhāgavatam. He was not accustomed to stay at any householder’s residence for more than half an hour (at the time of milking the cow), and he would just take alms from the fortunate householder. That was to sanctify the residence by his auspicious presence. Therefore Śukadeva Gosvāmī is an ideal preacher established in the transcendental position. From his activities, those who are in the renounced order of life and dedicated to the mission of preaching the message of Godhead should learn that they have no business with householders save and except to enlighten them in transcendental knowledge. Such asking for alms from the householder should be for the purpose of sanctifying his home. One who is in the renounced order of life should not be allured by the glamor of the householder’s worldly possessions and thus become subservient to worldly men. For one who is in the renounced order of life, this is much more dangerous than drinking poison and committing suicide. | | | Śukadeva Gosvāmī se reunió con el emperador Parīkṣit y le explicó el texto del Śrīmad-Bhāgavatam. Él no estaba acostumbrado a permanecer en la residencia de ninguna persona casada por más de media hora (a la hora del ordeño de la vaca), y apenas para recibir la limosna del afortunado dueño de la casa. Esto lo hacía para santificar la residencia con su presencia auspiciosa. Por consiguiente, Śukadeva Gosvāmī es un predicador ideal que está fijo en la posición trascendental. Quienes se encuentran en la orden de vida de renuncia y que están dedicados a la misión de predicar el mensaje de Dios, deben aprender de las actividades de Śrīla Śukadeva Gosvāmī que ellos no tienen nada que ver con las personas casadas, con la excepción de iluminarlos en lo referente al conocimiento trascendental. La actividad de pedirle limosna a la persona casada debe tener el propósito de santificar su casa. Aquel que se encuentra en la orden de vida de renuncia no debe dejarse seducir por el encanto de las posesiones mundanas de los casados, y en consecuencia quedar subordinado a los hombres mundanos. Para aquel que está en la orden de vida de renuncia, esto es mucho más peligroso que ingerir veneno y así suicidarse. | |